En esta entrada
me gustaría hablar de estos dos poemas de Safo que leímos hace unos días en clase.
I. Me parece
semejante a los dioses
aquel que frente a ti está sentado
y te escucha cerca de ti,
que cantas dulcemente una historia
y ríes amable; tu risa me
ha desgarrado el corazón en el pecho.
Pues cuando te miro a ti un instante, entonces me parece
que no puedo decir una palabra más,
sino que silenciosamente mi lengua se ha roto,
y de pronto un fuego sutil se ha extendido bajo mi piel,
no veo nada con mis ojos
y mis oídos zumban.
Un sudor frío me resbala hacia abajo y un estremecimiento
se apodera de todo mi cuerpo, y estoy más pálida
que la hierba, y me parece que me falta poco
para estar muerta.
Eros me sacudió el alma
como un viento que en la montaña sacude los árboles.
Llegaste, lo hiciste y yo te deseé ardientemente
y helaste mi corazón, encendido en deseo.
II. Tú, la de hermoso rostro, comparable
al de una diosa
escuchando tu canto, me llenaba
de dicha el alma entera.
Ahora entre todas las mujeres
ella es la más bella, cual la luna
al ocultarse el sol, su rostro mostrando
de púrpura, oscurece las estrellas;
su luz las praderas baña
floridas y en las ondas
amargas del océano fulgura;
el rocío se esparce por el viento
refrescando el tomillo delicado,
y las rosas, y el trébol florecido.
Cuando recuerdo a la adorable Attida
el deseo en tumulto se apodera
de mi ser, y la angustia me consume,
y me grita que vaya, y mis gemidos
se pierden en la noche silenciosa,
que los recoge y al mar los lanza.
Para hablar de estos dos poemas, primero debemos contextualizarlos y saber quién era Safo. Safo fue una
escritora griega muy importante que vivió en la isla de Lesbos. Fue la primera
que escribió parándose a contemplar su estado y dirigiéndose explícitamente a
una persona de su mismo sexo, cosa que hasta entonces no se había hecho.
Durante la época en la que escribió estos poemas, las mujeres solo se
relacionaban con los hombres para reproducirse. La atracción hacia personas del
mismo sexo se consideraba algo normal y existían relaciones homosexuales. Para más información sobre Safo puedes pinchar aquí.
En la primera imagen aparece Safo y en la segunda está marcado donde esta situada la isla de Lesbos, donde la poetisa vivía.
Del primer poema cabe destacar su carácter erótico como se
ve en frases como “un fuego sutil se ha extendido bajo mi piel”, “yo te deseo”
o “encendido en deseo”. También destacan sus rasgos expresivos y estéticos como
el uso de hipérboles, ejemplo: “desgarrando el pecho” en el verso 7 o “mi
lengua se ha roto” en el verso 11. Además de hipérboles podemos encontrar
símiles como el del antepenúltimo verso “como hierro que en la montaña sacude
los árboles.
El tema de este poema es el miedo al enamoramiento. Lo que
Safo pretende con este poema es ver como ella se siente y plasmarlo en un
poema. Esto que ella siente por la persona a la que va dirigido el poema es tan
fuerte que incluso llega a asustarla. Esto que ella hace es una novedad, ya que
nunca nadie antes había escrito poesía diciendo como eran sus sentimientos,
fijándose en su estado.
En el segundo poema aparecen algunos recursos y rasgos
estilísticos como: símiles e hipérboles, por ejemplo en el verso 5 y 6 “entre
toda las mujeres/ ella es la más bella (hipérbole), cual la luna (símil)”.
Este poema va dirigido a una mujer como se puede deducir
cuando dice “ella es la más bella” en el 6 verso, y se confirma cuando
directamente la nombra en el en verso 15 “Cuando recuerdo a la adorable Attida”.
Esto no debe sorprendernos teniendo en cuenta lo dicho antes en esta misma
entrada. Las mujeres griegas en esa época solo se relacionaban con los hombres
para reproducirse y pasaban la mayor parte del tiempo con otras mujeres, por la
tanto las relaciones homosexuales eran algo normal en esa época.
Por lo tanto, comparando los dos poemas y hablando en rasgos
generales, lo que cabe destacar de ellos es que ambos son de carácter amoroso,
a diferencia de que en el primero no se especifica el género de la persona a la
que va dirigida mientras que en el segundo si lo hace y, además, en el primer
poema la autora habla sobre su estado emocional, sobre el miedo que siente
hacia el enamoramiento, cosa que no hace en el segundo.
El destinatario de este poema es una mujer. Esto no es nada
extraño en esa época a pesar de que la autora del poema también sea una mujer
porque, como ya comenté al principio de la entrada, las relaciones homosexuales
eran algo muy común.
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