Tras comenzar hablando sobre los orígenes de la literatura,
qué menos que continuar por los beneficios de ésta.
Los beneficios de la literatura y la lectura son numerosos.
Los más obvios son la ayuda que nos brinda en cuanto a la mejoría de nuestra
ortografía, ampliación del vocabulario y formación de estructuras sintácticas.
Y como la práctica hace la perfección, tras pocas semanas de
lectura, podremos empezar a notar cómo nuestra pronunciación mejora y cada vez
tenemos la capacidad de leer más rápido, aunque, como suele decirse, corriendo
no llegas antes: hay que saber entonar.
Tampoco olvidemos que la literatura es un arte y tiene el
objetivo de evadirnos de la realidad y trasladarnos al fondo de sus páginas,
relajando nuestra mente. Paradójicamente, notaremos cómo en nuestro día a día
la lectura está favoreciendo a nuestra concentración, aparte de aportarnos una
memoria e imaginación mayores.
No obstante, no sólo existen beneficios para el lector;
también le aporta al autor, no solamente la oportunidad de transmitir la
cultura de un época con un determinado vocabulario y estilo, sino que además le
brinda la oportunidad de expresar sus sentimientos, pensamientos y emociones.
Y, sobretodo, de hacérnoslos llegar.
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