Para hablar del origen de la literatura
hemos de comenzar hablando por el origen de la comunicación, aquello que nos
hace humanos.
A pesar de que no hay seguridad sobre su
aparición, se baraja una antigüedad superior a los 200.000 años. ¿No es curioso
que 200.000 años de evolución del lenguaje hayan sido necesarios para tener la
conversación que has tenido esta mañana?
Si bien es cierto que al principio nos
valíamos de la mímica, interjecciones y gritos, nuestra naturaleza insaciable
nos permitió crear un código para en una situación referirnos a otra que no
tiene por qué estar ocurriendo o, incluso, a algo abstracto.
La comunicación oral surge en respuesta a
nuestros instintos animales de supervivencia y a nuestra necesidad humana de
expresar nuestros sentimientos y pensamientos, pero lo que lo hizo realmente
posible fue algo físico: el desarrollo de la glotis. De esta manera comenzó la
literatura.
Este arte empieza siendo únicamente oral y
algunas de sus características son: es tradicional y se traspasa de generación
en generación a través de la memoria, por lo que se transforma con el paso del
tiempo. Se recoge por escrito mucho tiempo después, ya que originalmente no
tenía autor, sino que era de creación colectiva. También transmite una
identidad y unas creencias populares, por lo que no es extraño que se asocie a
fiestas y ritos. Algunos ejemplos son los cuentos, leyendas o canciones.
Por otro lado, la literatura escrita nace
con la invención de la escritura, que surgió en Mesopotamia con la escritura
cuneiforme y en Egipto con los jeroglíficos hace unos 7.000 años. Este tipo de
literatura comienza en forma de fábulas, poemas, proverbios o cuentos.
Pero la literatura no sirve simplemente
para entretener, contiene, como hemos podido comprobar, un contexto histórico
que los rige y del que sacamos conclusiones de la época, un mensaje que en su
momento pudo ser decisivo o revolucionario y una cultura que no podría ser
transmitida de una manera más bella.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar