En esta entrada vengo
a hablaros del Himno al Sol, atribuido a Akenatón. Akenatón o Amenofis IV, fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Su
reinado está datado en torno a 1353-1336 a. C. y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo de Egipto. No sólo es conocido por haber sido faraón de
Egipto, sino que además es el primer reformador religioso del que se tiene
constancia histórica. Convirtió al dios Atón en la única deidad del culto
oficial del Estado, sustituyendo de esta manera a Amón. Seguramente el nombre
de Atón no os suene, pero, ¿a que todo cambia cuando os digo que este dios es
en realidad una esfera redonda que da calor (y vida) a la Tierra? Exacto, el
dios al que los egipcios llamaban Atón no es ni más ni menos que el Sol. Y
bueno, ahora que ya estamos metidos en situación, me gustaría hablaros de unos
ejercicios que hicimos en clase sobre el Himno al Sol, poema atribuido a este
faraón.
Aquí vemos un ejemplo de Akenatón adorando al dios Atón.
Busto de Akenatón.
En primer lugar, me gustaría hablaros de
las diferencias y semejanzas que encuentro entre este poema y el de la anterior
entrada, el Canto a Inanna de Enheduana. Me parece interesante compararlos, ya
que ambos son textos antiquísimos, y que de uno a otro hay muchísimos años de
diferencia pero, como veréis a continuación tienen algunas similitudes (y
también diferencias) interesantes.
La primera semejanza que salta a la
vista entre ambos poemas es que en los dos se alaba a un personaje. En el
primero, el Canto a Inanna, esta es la alabada y en el segundo es el Sol el
destinatario de estas alabanzas. Además, en ambos se nombra a la persona
alabada: “Eres Inanna”, “eres el sol”. Para terminar, también cabría destacar
que ambos son de carácter religioso.
En cuanto a las diferencias entre estos
dos textos, me gustaría señalar que en el segundo, Akenatón lo considera
creador del mundo, cosa que no hace Enheduana. Cabe destacar también que en el
primer texto hay más recursos retóricos que en el segundo, ya que este último está
pensado para que lo entiendan todos los fieles a los que Akenaton pretende
hacer ver que el único dios es el Sol.
Después de haber leído los dos poemas, y
dado que en uno de ellos la autora es politeísta y en el otro el autor es
monoteísta, me gustaría dar mi opinión sobre estas dos creencias. Desde mi
punto de vista, la creencia en el sol, es decir, la religión monoteísta, es más
avanzada ya que en las religiones politeístas la vida de los mortales depende
del azar y el capricho de muchos dioses. Sin embargo, creyendo solo en un dios,
en este caso el sol, todo depende de él. En cierto modo, tiene cierto sentido
que Akenatón pensara que el sol es dios, ya que cuando el sol sale todo se
ilumina y cuando se va todo queda sumido en la oscuridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario