En la clase de hoy de Literatura Universal, mi compañero Carlos Canales ha hecho una exposición sobre Rousseau. Como bien ha dicho él, Rousseau fue un polímata suizo francófono. Fue un escritor, pedagogo, músico, botánico, naturalista y filósofo, que aunque definido como ilustrado, en él se presentan grandes contradicciones que lo separan de los principales representantes de la Ilustración. Como ha dicho mi compañero Carlos en su exposición, las ideas de Rousseau influyeron en la Revolución Francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo. Dos de las citas más conocidas de este hombre son:"El hombre es libre pero en todos lados está encadenado" y "El hombre es bueno por naturaleza". Sobre esta última cita es sobre lo que va a tratar mi entrada de hoy. Esto tambien está relacionado con las últimas clases que hemos dado en las que hemos hablado sobre Frankestein, su maldad o bondad y su naturaleza
Lo que Rousseau afirmaba con esta frase es que la naturaleza del ser humano es buena, que los hombres no nacemos siendo malos, sino siendo buenos y libres, pero es la sociedad la que destruye esa bondad y nos pervierte. Para apoyar esto se apoyaba en la tesis del buen salvaje, la cual dicta que un ser humano en su estado natural, original y primitivo es bueno y cándido perola vida social y cultural, con sus vicios, lo pervierten llevándolo al desorden físico y mental. Según esta tesis el hombre en su estado primitivo es superior moralmente al hombre civilizado.
Desde mi punto de vista, Rousseau tiene razón al afirmar que el hombre es bueno por naturaleza. Creo que los seres humanos nacemos con buena voluntad, nadie nace deseando hacer el mal. Sin embargo, las circunstancias en las que nos toca vivir, las influencias que tenemos y las experiencias que tenemos son las que nos obligan a moldearnos y adaptan esa bondad inicial a una personalidad más cruel o ruin. vemos ejemplos de esto todos los días. Una persona de la cual se han aprovechado durante toda su vida, y ha tenido la mala suerte de no vivir en las mejores circunstancias, obviamente será más desconfiada y dejará ver menos esa bondad innata que una que haya tenido la fortuna de vivir en circunstancias favorables y sin llevarse decepciones de otras personas. Como todo, esto no es algo exacto aplicable a todo el mundo, ya que muchas veces nos sorprendemos al comprobar que personas que han sufrido y han sido humilladas o maltratadas, que aparentemente tendrían motivos para que su carácter fuera reservado, desconfiado, frío e incluso cruel, son las que nos dan una lección de moralidad demostrando un compartimiento bueno y cándido como el que Rousseau afirmaba que tenían los hombres primitivos.
No soy nadie para contradecir o cambiar las palabras de Rousseau, pero para finalizar la entrada me gustaría añadir que, siempre hablando desde mi perspectiva, a pesar de que el hombre es bueno por naturaleza y es la socedad quien lo pervierte, somos nosotros mismos los que debemos decidir hasta que punto esta sociedad, circunstancias, experiencias o como lo queramos llamar, pueden actuar en nuestra moral y hacer que cambie nuestro buen carácter. La única que persona que puede decidir cómo quién y cómo debe ser es uno mismo.
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