La entrada de hoy va a ser
distinta a lo que vengo escribiendo desde que empecé el blog. No va a tratar
sobre ningún libro o texto en concreto, ni tampoco voy a contaros la vida de
ningún autor. Os preguntaréis por tanto de qué va a tratar esta entrada, pues
bien, hoy quiero hablar sobre algo que todos buscamos y que muy pocos logran
encontrar: la felicidad. ¿Cuál es la idea que tienes tú de una vida feliz? ¿Qué
haces cada día para intentar alcanzarla? Estas son preguntas que el ser humanos
leva plateándose miles y miles de años. Ya se lo planteaba Séneca en su época.
Y de este hombre podemos copiar su forma de entender la felicidad y puede que
nos ayude a cada uno de nosotros a encontrarla. Según este filósofo, una vida
feliz es aquella en la que no haya angustias, que se adapte a la época, aquella
en la que la persona esté atenta de las cosas pero sin dejarse llevar por
ninguna, que disfruta la fortuna pero sin dejarse llevar por ella. Sostiene que
para ser feliz hay que vivir en paz con uno mismo, ninguna persona que se odie
u odie a los demás podrá alcanzar la felicidad. Si seguimos todos estos pasos
sentiremos un gozo continuado en lugar de pequeñas alegrías y podremos alcanzar
la felicidad. Visto así, en la teoría, parece bastante fácil encontrar la
felicidad pero, ¿y a la hora de llevarlo a la práctica? No es igual de sencillo
para todo el mundo seguir estos consejos que Séneca marca y, como en todo, hay
gente que no puede estar de acuerdo con esta manera de ver la felicidad. Por eso
quiero hablaros también del budismo y de la idea que tienen los budistas de
cómo hay que comportarse para ser felices. A pesar de que Séneca y el budismo
no comparten ni la época ni el lugar donde surgieron, sus pensamientos respecto
al tema que estamos tratando si se parecen un poco. Según los budistas
cualquier cosa que cause felicidad no puede causar también sufrimiento, por
eso, nuestra felicidad no puede ser por ejemplo, un aumento de sueldo porque
para poder conseguirlo hemos pasado por sufrir pensando en qué méritos hacer
para conseguirlo; tampoco puede ser, para aquellos que somos estudiantes y no
estamos en el mercado laboral, una buena nota en un examen o en el boletín
porque para conseguir esa nota hemos tenido que pasar mucho sufrimiento, tardes
sin salir, noches estudiando etc. Por eso los budistas creen que la felicidad
no hay que buscarla en el exterior, sino que está dentro de cada uno. Además,
los budistas sostienen que la mayor fuente de felicidad es apreciar a los
demás, cuidar de su bienestar y su felicidad, y que aquel que haga lo opuesto
estará condenado a ser un infeliz. Si os fijáis esto no es muy distinto de lo
que unas líneas más arriba os comenté que pensaba Séneca, que la persona que odie
a los demás o a sí mismo nunca alcanzará la felicidad.
A mí personalmente, estas dos
formas de entender la felicidad me parecen muy interesantes y sin duda las
pondré en práctica. Espero que os haya parecido interesante y os haya servido de
ayuda para saber dónde buscar la felicidad.
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