En esta entrada de hoy no voy a hablaros de ningún texto
leído en clase, sino del libro de lectura obligatorio que nos han mandado leer
en lengua este trimestre. El libro del que os hablo es Los cuentos del Conde Lucanor,
escrito por Don Juan Manuel. Seguramente os suene, ya que es un libro muy
conocido además de que suele estudiarse en el instituto. Este libro es de
carácter moralístico y didáctico y cuenta de 5 partes, de las cuales la más
importante es la primera que está escrita en forma de exempla. La estructura de
los cuentos o exempla que forman esta parte es la siguiente: al principio del
cuento el conde Lucanor plantea a Patronio, su consejero un problema o duda que
tiene. Patronio en lugar de darle su consejo directamente le cuenta primero una
historia que tiene una moraleja que es recogida al final de cada cuento por Don
Juan Manuel en forma de pareado. Pues bien, sobre este libro, nuestra profesora
de lengua, que casualmente es la misma que de literatura, no mandó hacer un
trabajo, pero no un trabajo como a los que, yo por lo menos, estoy
acostumbrada, sino un trabajo profundo, de investigación, con diversos
ejercicios de creación y de comprensión. Leerme este libro y hacer el trabajo
sobre él, me ha hecho aprender y reflexionar. Lo primero sobre lo que he
aprendido es sobre la mentalidad medieval, ya que es la época en la que el
libro fue escrito. Saber sobre la época en la que fue escrito me ha ayudado a
comprender aspectos sobre el libro como por ejemplo el porqué de que la mayoría
de los personajes moros estuvieran caracterizados negativamente, lo cual se
debe a que en la Edad Media los moros y los cristianos estaban enfrentados por
las cruzadas. Otra cosa que al leer el libro me sorprendió y no gratamente, fue
su misoginia. En la mayoría de los cuentos la mujer o bien es el personaje caracterizado
negativamente o bien se narra un maltrato contra la mujer que consideran lo “normal”
y no solo eso, sino que además consideran que es lo correcto. Esto también se
debe a la época en la que está escrito ya que en la Edad Media la misoginia
estaba a la orden del día y estaba completamente normalizada. Por último otro
de los aspectos que me ayudó a comprender el aprender sobre la mentalidad
medieval fue la enrome presencia de Dios en todos los cuentos, debido a que la
Edad Media fue un periodo histórico especialmente teocentrista.
Al terminar
este trabajo me he dado cuenta de lo importante que es contextualizar un libro
antes de leerlo, saber a qué época pertenece, quién lo escribió y algo sobre la
vida del autor o autora. Esto de contextualizar las obras se puede extender a cualquier
arte porque al igual que en la literatura esto pasa por ejemplo en música, que
no es lo mismo un estudio escrito por Bach en el siglo XVIII, que las Cuatro
Estaciones de Mozart; o en pintura, que nada tienen que ver El Guernica de
Picasso con la Discussion Politique de Friant.
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